Tuesday, October 19, 2010

Llevo tiempo queriendo escribir esto y hoy me parece un día bueno para hacerlo, aunque ya casi no es hoy.

No soy una persona muy tolerante y muchas veces en clase quiero matar a medio universo y patearlos a todos por vagos y demás. Pero me he dado cuenta de que realmente yo he tenido una educación muy privilegiada. No me refiero a mi colegio privado que está demasiado sobre-estimado. No le doy mucho crédito a mi colegio de mis logros, contrario a lo que le gustaría decir a ellos. En cambio me parece que casi todo el crédito se lo llevan las olimpíadas.

Haber comenzado en eso desde primaria ha sido la mayor ventaja de mi vida. Más aún cuando tuve el privilegio de recibir tantas clases de tanta gente tan maravillosa aquellos sábados que ahora parecen tan lejanos (cursi? noo que va).

Esas veces que nos han torturado con la cámara de la Polar, y aquel hombre que ya sabe que me da miedo, siempre digo las mismas cosas. Las olimpíadas nos ayudan a resolver problemas que luego podemos aplicar en nuestra vida real, yada, yada, yada. Estos entrenamientos, la verdad, es que me han enseñado a pensar. Punto. Nada más.

Más allá de eso, y, tengo que decirlo, en este proceso he conocido a las personas más geniales del mundo. No me voy a poner a enumerarlas, si te sientes aludido, pues excelente.

Sin embargo hay alguien en especial a quien quiero agradecer. Creo (mi memoria probablemente falle) que fue la primera persona que me dio clases en la central uno de esos sábados. Recuerdo en especial a esas hermanas gemelas que tanto nos torturaron.

Él, con esa sonrisa que parecía querer a todo el mundo, pero que más adelante se mostraba malo para luego descubrir que era lo máximo, una persona en la que confío y a quien admiro totalmente. Le agradezco todas aquellas veces que me empujó a resolver cosas que no creía que lograría y por toda esa motivación que me ha ofrecido.

Espero poder seguir teniendo el placer de disfrutar de su compañía.

Ah, y por cierto, Feliz Cumpleaños :)

Friday, October 15, 2010

Desadaptada?

Esto es algo que poca gente sabe y quizás debería mantenerse así, digo por mi reputación y esas cosas, pero siento la necesidad compulsiva de decirlo, a los cuatro vientos:

ODIO BAÑARME.

Bañarse está demasiado sobre-estimado o es que mis condiciones para bañarme son una mierda. No lo sé.

No es una cuestión de que me encante estar sucia, oh que sexy, mugre, no.

Primero que todo, a pesar de que para mi es un tiempo de reflexión, como muchas otras actividades, me parece que bañarse es una pérdida de tiempo. Gente que pasa horas bañándose, wtf? Busquen un oficio más productivo que estarse restregando.

2. No tengo ducha en mi cuarto, pues la ducha de mi cuarto tiene un leak y debido a esto mi familia, muy sabiamente, en vez de arreglarlo, decidió llenarlo de cuadros y obras de arte varias, no, seriously. Entonces todos nos bañamos en la ducha del cuarto de mi abuela. Tengo que caminar demasiado para llegar allá, escaleras involucradas y siempre pasan cosas como, ah, se me quedó la toalla en mi cuarto, FFFUUUU.

3. Eso de desnudarse para volverse a vestir etc, no me agrada

4. EL PELO. Veamos, cada vez que me lavo el pelo me lo seco, suele ser porque me baño de noche y dormirme con el pelo mojado: sucidio. Así que, como persona bien floja que soy, no me puedo lavar el pelo todos los días. Pero si me quiero bañar sin lavarme el pelo, es realmente una molestia.

5. Cuándo hacerlo? Es decir, hay gente que se baña por la noche, otros por la mañana pero ninguna de las dos me parece óptima y, no, NO, me voy a bañar dos veces en un día. Si me bañó en la noche es fino porque, no sé por qué, duermo mejor, pero amanezco sudada y asquerosa de nuevo. Si me bañó por la mañana significa que pasaré la noche toda sudada y asquerosa, no gracias.

6. Cuando te acostumbras a hacerlo luego se vuelve un vicio. Llego a mi casa asquerosa y siento la compulsiva necesidad de bañarme, antes no me pasaba eso. Me he encontrado en medio de la ciudad pensando "AA, AAA necesito llegar a mi casa ya para bañarme". No sé en qué me he convertido, pero I don't like it.

7. Después de que te bañas es necesario ponerse ropa limpia luego, pues si no se supone que da asco o algo así no? Bueno, qué pérdida de ropa.

8. Me molesta bañarme porque tengo x o y realmente sucio, al igual que me molesta lavarme el pelo porque tengo sólo la pollina realmente grasosa. Pero no me voy a echar un bañito francés porque no gracias, aunque, been there pero esa es otra historia...

Equis, el punto es que no me gusta bañarme y sé que ya no me querrán tanto como antes. AUNQUE, si de verdad es amor ahora me querrán más, o algo. Me gustaría saber si soy la única desadaptada social que piensa este tipo de cosas porque sí, odio bañarme, y a veces, paso días sin hacerlo... Sí bueno....

Wednesday, October 13, 2010

Chicle

¿Recuerdan esos chicles de un metro? Estuvieron de moda cuando estaba pequeña y por ahi los he vuelto a ver. Eran lo máximo. Medían un metro, tenían un terrible sabor artificial a banana, que duraba poco más de un minuto en tu boca, la misma cantidad de tiempo que tardaba en endurecerce al punto de hacerte doler la mandíbula. Terribles, toda una experiencia, pero eran lo máximo y todos queríamos tener uno.

Yo fui una de las dichosas dueñas de uno. No recuerdo como lo obtuve, pero lo tuve, y era demasiado feliz. A pesar de que nunca he sido víctima de razonamientos alimenticios en mi casa, sé que ese chicle pasó una noche en el cuarto de mi abuela. La mañana siguiente amanecí con una gran expectativa y cuando lo creí prudente fui a su cuarto y desde fuera le dije a mi abuela:

"Abuelita.... Me puedes dar mi chicle que está ahí en tu cuarto??"

Ella, incapaz de abrir la puerta, pues se estaba secando el pelo, me dijo:

"Yo te compro uno mañana"

Hasta el sol de hoy estoy esperando mi chicle de un metro, que, si le pongo intereses, debe medir ya mucho más.


Es claro que esto todavía es motivo de chistes en mi casa y de ahora en adelante servirá como una excusa para mi poca fuerza de voluntad en cuanto a comer de manera razonable se refiere. Es algo heredado, o mínimo aprendido.

Monday, October 11, 2010

Miguel

Aaaaa... un ratón! Fue lo primero que pensé aquel día, sin embargo, después de que se me pasó el susto, me resultó simpático, cuchi, hasta consideré tener una mascota nueva. A Miguel no parecía preocuparle mi compañía, caminaba por ahí tranquilo. Yo, que a veces me caracterizo por mi ingenuidad, decidí hacerle un camino de quesos, estilo el camino de ladrillos o aquel camino de sanduche que le hicimos Andreina y yo a su perro para que saliera un día, de hecho, como aquella vez, ese plan falló. Solemos subestimar a los animales, que, se comen todos los pedacitos que pueden hasta antes de tener salir. (menos mi perra que es bien bruta.) Así fue como dejé el último pedacito de queso pudriéndose por semanas en mi escalera, pensando, ilusionada, pendeja como siempre, que el ratón había huido. 

No fue sino hasta hace unas semanas que dejé una bolsa de kisses en mi escritorio y el desgraciado mordió dos, ya cuando te metes con mis chocolates bajas de escalafón, inmediatamente dejas de ser mi amigo. Intenté ignorarlo, porque no podemos recurrir al odio, hasta que un día, hace poco, el ratón comenzó a jugar con una bolsa que estaba en el suelo y no me dejaba dormir, no quería amanecer con un ratón en la boca. Ese día me pareció demasiado abuso y realmente me molesté con él, era hora de que se fuera, for good. 

Antes de ayer el ratón descubrió la basurera. Se metía dentro y conseguía restos de mi muy sana alimentación: flips, magdalenas, galletas gallak y demás manjares. Decidí que una buena táctica sería tapar la basurera con un libro, pero el ratón probó ser mucho más ágil que yo (cosa no muy difícil de lograr) así que decidí subir a uno de los gatos de mi casa, pero resulta que después de vivir 14 años esta gata ha perdido interés en los ratones y lo que quiere es comida fácil, desgraciada, la gata, digo. Así que había perdido esperanzas, lo único que me provocaba era lanzarle un libro de enciclopedia encima y que muriera aplastado, no importaba la sangre derramada, el fin justifica los medios, no? No?

Hasta que hoy vi que lo de meterse en basurera se había vuelto costumbre y yo, muy sin querer de mi parte, había dejado una bolsa de flips con el polvito todavía dentro (estaba full ya) y él ni corto ni perezoso se metío dentro de la bolsa y ZUAZ (lease con tono de Valentina Quintero con sus detestables onomatopeyas) le puse un libro encima. No podía parar de reirme! Era mi momento más glorioso en mucho tiempo! Grité y después de unas 3 horas con el ratón encerrado le pusimos una bolsa encima y partimos. 



Fuimos al basurero que queda detrás del Gama Express de la Trinidad.


Quitamos la bolsa. (nótese el espectacular libro de Andy Warhol)








Quitamos el libro.....y.... nada pasaba.... "Nooooo, se salió" decía yo, a lo que Salvador respondía "Claro, si dejaste un huequito, los ratones..." --"Cállate!! no, no, no, no puede haberse salido! NOOO, y ahora??? Qué voy a hacer???" Así que Salvador procedió a botar la basura hasta que ZUAZ (enérgica onomatopeya al estilo Valentina Quintero de nuevo, costumbre mal obtenida de escucharla muchas mañanas) el ratón voló y se metió debajo de una puerta.

"Ves! te había dicho que era muy ágil"


=D



P.D: No le puse nombre hasta ahorita, no quería tener ningún tipo de apego con él y el nombre carece totalmente de significado, muy a mi pesar, aunque, si eres uno de esos psicólogos frustrados puedes buscarle alguna razón de ser al por qué Miguel, pero espero que ya sepas que no me importa.

Sunday, October 10, 2010

abuela-conversaciones

-Vas mañana a clases? 
-No se
-Cómo que no sabes? 
-...
- No sabes si hay clases o no sabes si vas?
-...
- Bueno, no va a ir nadie, serás la unica en clase, no vayas, ya vas a ver, no va a haber nadie.
- *risas*

Cuando tienes esta conversación con tu abuela en referencia al puente del 11 de octubre cualquier motivación y drive que tenías para ir a clases cae, cae.... y cae....
Te das cuenta de que eres un desastre de persona cuando una gran mejoría en tus idas al mercado es comprar:

Müsli de chocolate, flips de chocolate, coca-cola, kiwi y alfalfa.

Carmela: tienes que aprender a comer... Hubo un tiempo en el que yo comía balanceado, me hacía ensaladas suculentas con tofu, tomaba agua, y era feliz. Creo que me excedí y llegué a lo que soy hoy en día, el agua al igual que la lechuga, me saben feo...

Espero sobrevivir esta etapa y algún dia ser una persona balanceada, y no balanceada en ese fitness freak kinda way sino en el verdadero sentido de la palabra.

Thursday, October 7, 2010

Conformidad

Mi número! Mi número! Qué felicidad! No puedo contener la emoción!

Deprimente.

Que no tengas internet por horas y luego alegrarse porque ha vuelto no es razonable. Nos hemos acostumbrado a la falta de demasiados servicios y facilidades que deberían estar garantizados, sí, sé que hay millones de personas muriéndose de hambre y eso tampoco me parece normal. No por eso vamos a andar con una actitud conformista por la vida. Mientras más nos conformemos y acostumbremos a la ausencia menos podremos evitarla.

Por favor no seas un conformista mediocre.

P.D.: No tengo la potestad de decir estas cosas, yo también me emociono porque hay aire en un vagón de metro y porque sólo me tarde una hora yendo a mi casa. Pero si por eso fuera, entonces, muy pocos tendrían la potestad de decir algo.

Saturday, October 2, 2010

Llegaron a su destino, aquel que se volvía el punto en el que se separaban, donde sería la última vez que se verían en mucho tiempo. Demostraron indiferencia, pues no había nada más que hacer. Cada quien, después de aquellos días en otra realidad, volvería a su rutina. Se despidieron como lo hacían todas las noches antes de irse a dormir juntos en la misma cama y sólo pasarían poco tiempo separados, en sueño. 

Me gustaría decir que todo esto es cierto. Ahora, a lo que si pienso aferrarme para distraerme un rato es en la idea de que estamos en un sueño. Que nos hemos ido juntos a dormir y que pronto despertaré a tu lado. Como aquellas noches que ahora sólo viven en mis recuerdos. 

Friday, October 1, 2010

Asociativa

Pensamos. Nos referimos a nosotros en primera persona. Pensamos en primera persona. En qué otras ocasiones la usaríamos sino para eso? Cuando perdemos eso perdemos identidad.

Cuando comienzas a referirte a ti mismo en tercera persona ya no eres tú sino alguien más, un extraño, y pierdes lo que eres.

Eso me está pasando y me molesta mucho, pero, como siempre, culpo a algo externo, un libro, gracias, tenía que decirlo.