Wednesday, October 13, 2010

Chicle

¿Recuerdan esos chicles de un metro? Estuvieron de moda cuando estaba pequeña y por ahi los he vuelto a ver. Eran lo máximo. Medían un metro, tenían un terrible sabor artificial a banana, que duraba poco más de un minuto en tu boca, la misma cantidad de tiempo que tardaba en endurecerce al punto de hacerte doler la mandíbula. Terribles, toda una experiencia, pero eran lo máximo y todos queríamos tener uno.

Yo fui una de las dichosas dueñas de uno. No recuerdo como lo obtuve, pero lo tuve, y era demasiado feliz. A pesar de que nunca he sido víctima de razonamientos alimenticios en mi casa, sé que ese chicle pasó una noche en el cuarto de mi abuela. La mañana siguiente amanecí con una gran expectativa y cuando lo creí prudente fui a su cuarto y desde fuera le dije a mi abuela:

"Abuelita.... Me puedes dar mi chicle que está ahí en tu cuarto??"

Ella, incapaz de abrir la puerta, pues se estaba secando el pelo, me dijo:

"Yo te compro uno mañana"

Hasta el sol de hoy estoy esperando mi chicle de un metro, que, si le pongo intereses, debe medir ya mucho más.


Es claro que esto todavía es motivo de chistes en mi casa y de ahora en adelante servirá como una excusa para mi poca fuerza de voluntad en cuanto a comer de manera razonable se refiere. Es algo heredado, o mínimo aprendido.

No comments:

Post a Comment