cupcakes

Este es un post que será meramente dedicado a quejarme. Sí. Yo estudié en un colegio, no me voy a dedicar a despotricarlo porque ese no es el punto. Lo importante es que hay una mujer que es de esas personas que creo que existen en cualquier sitio laboral que es la que está ahí pero que nadie sabe qué es lo que realmente aporta a la comunidad, bueno, exactamente así. Esta señora, entre las cosas que hace (que haga cosas no quiere decir que sean aportes, quiero aclarar) organiza el bazar navideño, en el que demostramos que somos buenos y le donamos dinero a organizaciones benéficas. 

El año pasado yo vendí postres y a pesar de que diluvió ese día, me fue muy bien. Pensaba hacer lo mismo este año y le tuve que implorar a la susodicha que por favor me diera un mesón. Ahora, claro, con lo absolutamente despistada que soy yo, cabe destacar, olvidé pagar el mesón, considerando que no sería ningún problema, es decir, es mi colegio, lo puedo pagar el miércoles antes del bazar y no habrá problemas. Pero, como persona muy dedicada que soy, cuando quiero, comencé a hacer bellas cosas desde el lunes. Para que después, el jueves, me dijeran "No, me da mucho dolor, pero ya vendí tu mesón, como no volviste a aparecer". Sí, no aparecí en 3 días pero podrías no ser tan desgraciada y haberme avisado, no?

 Ah, sí, tengo un montón de ponquecitos en mi casa, lo peor es que, a pesar de que se ven muy bonitos, no están realmente ricos. Todavía tengo que aprender, pero juro que los perfeccionaré y seré la reina de los ponquecitos y le voy a estampar uno al estilo mega-match a esta señora: