Thursday, September 9, 2010

Abrí los ojos y qué vi? Pues nada, nada que recordar y nada por lo que tener expectativas. Tantos años de nada? Pronto comenzaré una tercera década de mi vida y a pesar de que siempre he detestado a aquellas doñas que dicen -A las señoritas no se les pregunta la edad- creo que ahora las entiendo. Bueno, no, porque en mi conínuo intento de superioridad quiero pensar que lo mio es diferente, que yo sí tengo razones válidas para flipar.

Por qué le tienen tanto miedo a envejecer? La publicidad nos apuñala con tintes y cremas anti arrugas que intenta disimular los efectos del pasar de los años. Más bien deberíamos estar orgullosos de nuestros años y de todas las experiencias que hemos vivido. He ahí el problema! Considerando mi edad, no considero que puedo estar orgullosa de mis experiencias y mis logros. No, no son ganas de que me digan lo mucho que he hecho, que he logrado mucho más que muchísimas personas; pero eso no es más que consuelo de tontos. Ser superior a muchos no significa que seas bueno, puedes ser un completo mediocre, estar en el punto más alto de la campana de Gauss sólo significa que estás en todo el medio, es decir, que no eres nadie. Así que no me vengan con esos cuentos, yo quiero ser buena, quiero poder decir que sé algo. Ahora no me atrevo ni a imaginar el momento en el que pueda decir eso. Y, a decir verdad, ahora que lo pienso, quizás sea bueno no poderlo decir nunca, así no se pierden las ganas de seguir.

El mundo debería estar menos lleno de tintes y cirugías plásticas para disimular la edad, no porque quiero que todos nos veamos demacrados, sino porque quiero que todos estemos orgullosos de nuestra edad, que podamos decir "Sí, tengo 70 años pero los he vivido en pleno".

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